El hogar de algunos de los animales más resistentes del planeta ocupa un millón de kilómetros de territorio salvaje en el extremo norte de América: Alaska, una región donde las estaciones pasan rápidas y furiosas, y las oportunidades son breves para la gente y para los animales. Aprovecharlas al máximo es clave para sobrevivir. Y, al que lo logra, le espera una recompensa enorme